domingo, 2 de junio de 2013

La Productividad Es la Mejor Fuente de Motivación

productividad motivacionSe habla mucho del efecto que tiene la motivación en la productividad, pero apenas se dice nada del efecto que tiene la productividad en la motivación.
Pues sí, es cierto que estar motivado te hace ser más productivo, pero no podemos depender de la motivación para ser productivos.
Acompañe o no el estado de ánimo y las ganas de trabajar hay que seguir adelante. Sin importar la velocidad de nuestro progreso siempre hemos de avanzar.
Y aquí viene lo bueno. Si así lo haces, si produces (trabajas en lo que importa) a pesar de no estar motivado, no tardará mucho en visitarte la motivación.
Es decir: ser más productivo te hace estar más motivado.
En otras palabras, es la acción la que debe llevar a la emoción y no al revés. No puedes (ni debes) depender de la volátil emoción. Lo único que debe dirigir tu vida y destino es la predecible acción, la cual sí que está bajo tu control directo.
Dos razones:
Quien actúa produce, y quien produce genera resultados, y los resultados, por pocos que sean, motivan. ¿Por qué motivan los resultados? Porque te reafirman en la creencia de que tú puedes conseguir lo que te propongas, es decir, mejoran la confianza que tienes en ti mismo.
Y la confianza, el creer que tú eres capaz, lo es TODO. Cuando crees en ti actúas con convicción y eso se refleja en los resultados que terminas consiguiendo.
En cambio, quien no actúa (o quien actúa sin convicción de lo que hace) no produce nada que merezca la pena, no genera buenos resultados y, por lo tanto, no se motiva, debilitando así su creencia en sí mismo. “¿Lo ves? Ya lo sabía yo que esto no iba a funcionar
”.
Es un círculo que se realimenta todos los días de nuestra vida. Que sea un círculo virtuoso o vicioso depende de ti.
Quien hace lo que debe se siente bien. Cuando el día termina se dice a sí mismo: “He cumplido. Hoy estoy un poco más cerca de mi objetivo. Hoy he luchado por lo que me importa
”.
Quien no hace lo que debe se siente mal. No ha cumplido. Ha desperdiciado un día que no volverá. Su objetivo está igual o más lejos que ayer.
En vez de buscar la motivación en el éxito ajeno (el cual si no vas con cuidado puede ahogarte), destina ese precioso tiempo a construir tu propio éxito. Que sea tu éxito el que te motive y no el de otros.
La motivación fluctuará en intensidad según el momento pero tu trabajo debe mantenerse constante.
Tal y como yo lo veo, la motivación debe ser un subproducto, una recompensa del trabajo bien hecho, y no un requisito para ponerse a trabajar.
No te motives para trabajar, trabaja para estar motivado.
¿Quieres estar motivado? Entonces sé productivo.
No esperes más a la motivación. Levántate y ponte a andar, y la motivación vendrá más pronto que tarde a visitarte y acompañarte en tu camino, porque, como digo:
La emoción sigue a la acción; la motivación sigue a la productividad.
Este artículo surge como desarrollo de mi comentario en este interesante artículo de Alfonso Alcántara (Yoriento), el cual te animo a leer.
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